#Solsticio de invierno 21/12/17 La hora de los recuentos.

"No importa qué tan rápido viaje la luz, la obscuridad estará ahí siempre, esperando su llegada". *

No sé a ustedes, pero la palabra, solsticio, me parece mágica por misteriosa y sugerente. Para quienes estamos en el hemisferio norte, señala el día más corto y por ende la noche más larga del año. La palabra viene del latín Solstitium que quiere decir "sol quieto", este día, el Sol, alcanza su máxima declinación Sur ( -23º27), y durante varios días su altura máxima no cambia.

En la ciudad de México tendrá lugar el 21 de diciembre, a las 10:28 hrs. Al día siguiente el Sol inicia su viaje hacia el norte. Todavía queda algo de calor almacenado del verano, pero conforme avanza en dirección al norte las temperaturas empiezan a bajar. Al medio día el Sol nos queda justo por encima de nuestras cabezas.

Quizá hoy no vemos mayor relevancia en este evento, más allá de ser el día más corto o la noche más larga del año. Sin embargo, para muchas culturas estás fechas eran de gran importancia. Teresa Wilson, de la Sociedad Astronómica Americana, dice que actualmente, el solsticio de verano es más popular, pero durante el de invierno, "antiguamente era cuando se mataba al ganado para no tener que alimentarlo durante el invierno y el vino y la cerveza que se habían hecho previamente, se terminaban de fermentar".

Hoy en día esto resulta casi exótico. El ritmo de nuestra vida nada tiene que ver con el pulso del mundo y lo que en este ocurre. Más bien obedece a la inmediata satisfacción de nuestros antojos y caprichos. Tan sólo hay que recorrer los pasillos de un supermercado para ver la interminable oferta de comida ahí dentro. Pero en paralelo, se siguen produciendo los mismos fenómenos que hace miles de años. Los animales hibernan, los árboles ya perdieron sus hojas y la naturaleza está en dormanza esperando la regeneración.

Con la entrada del invierno, la obscuridad prevalece sobre la luz y el alma está lista para descender a las profundidades. Los hombres de todas las culturas podemos emular al Sol y recorrer con él, el mismo camino. El escenario es propicio para hacer una pausa y bajar hacia el inevitable vaivén de la muerte y la transformación.

El invierno para la astrología marca la entrada del Sol al signo de Capricornio, y este año es relevante, ya que su planeta regente, Saturno, regresa al signo después de 26 años. Necesitamos hacer acopio de toda nuestra energía para la escalada de los siguientes tres años, para que sea vigorosa, como la de la insaciable cabra, animal que representa a este signo. Necesitamos paciencia, perseverancia y disciplina.  ¿Qué hay que cimentar para lograr nuestros objetivos? ¿Podemos comprometernos?¿Con qué? Con darle estructura a nuestra vida, seguir las reglas, recorrer los caminos sin atajos. La victoria será de los inquebrantables.

El paso por la obscuridad no debe asustarnos. Contiene la profundidad de lo que somos y las partes que todavía no se iluminan. Explorar nuestro potencial y reconocerlo ante el testigo más importante, nosotros mismos, nos permitirá revelarlo poco a poco. El invierno es época de guardar y reparar. El reposo es necesario para el crecimiento. Es el fin del año y es la hora de hacer los recuentos, como las listas de popularidad de las mejores películas, las canciones y los libros del año, es hora de hacer la lista de nuestros triunfos y fracasos. De acomodar cada cosa en su lugar.  Mucho que celebrar, pero también que enderezar.  Los obstáculos, los retrasos, las frustraciones y las restricciones pavimentarán nuestro camino. No son estos, si no la manera en que los vamos a sortear lo que nos dará la pista acerca del tamaño de la recompensa. Con suerte y llegamos a la primavera habiendo encendido nuestra luz, nuestra esencia, dotados de un poderoso sentido de propósito y con el espíritu reforzado y renovado.

Foto nikko macaspac en Unsplash

* Mark W. Boyer